
La pedagogía de Don Bosco es la del Buen Pastor, que sale en búsqueda de la oveja perdida porque la ama incondicionalmente.
Una frase que guía nuestra forma de educar: “Basta que sean jóvenes para amarlos”.
Su método de enseñanza y acompañamiento parte de una síntesis original y personal de humanismo y fe cristiana que sintetiza en la frase “Buen cristiano y honesto ciudadano”.
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